Cómo llegan:
El Tri llega a la justa árabe con más dudas que certezas. El balance en números es positivo, pero el funcionamiento del equipo dejó mucho que desear, sobre todo en los últimos meses de las eliminatorias.
México se clasificó como segundo en el Octagonal final empatado en puntos (28) con su similar de Canadá, solo quedando rezagado por diferencia de goles. En lo estadístico parece una eliminatoria sumamente cerrada, pero en el análisis colectivo, el conjunto canadiense fue muy superior al mexicano.
El cuestionamiento principal que se le hace a esta selección es su falta de variantes y oportunidades a jugadores que parecen estar en mejor forma que los convocados habituales. El Tata Martino parece tener su base y una idea clara en mente: “morirse con la suya”.
Las cosas hoy en día pintan muy borrosas. El destino ha vuelto a emparejar a México con su dos veces verdugo en mundiales: Argentina. Además, le ha tocado un rival europeo de consideración, comandado por un delantero de elite (Robert Lewandowski) y un equipo asiático que no es tan débil como parece.
El grupo apunta para ser complicado, pero es ahí donde el equipo tricolor históricamente luce mejor. México tiende a elevar su juego considerablemente en los mundiales. Es la única selección junto con Brasil que supera la fase de grupos de manera consecutiva desde el 94 y en justas anteriores, de peores grupos ha logrado salir avante.
Puede no ser el mejor momento del tricolor pero la confianza y la ilusión de poder hacer un buen mundial están ahí.
Equipo y estilo de juego:
La selección mexicana del Tata Martino es un conjunto que prioriza la construcción desde su primera línea. Salta a la cancha con un 4-3-3 invariable (ha intentado jugar con línea de 3 sin mucho éxito).
La idea de salida es sortear las líneas de presión del rival con un juego de amplitud, que pone a sus centrales muy cerca del portero para iniciar el ataque y a los laterales metros más adelante, abriendo la cancha para ser una opción más adelantada en banda. Los laterales reciben el pase del central e inmediatamente buscan conectar con sus interiores.
En zona media, Héctor Herrera suele ser el mariscal de campo y Edson Álvarez el primer pase y el pivote que se meta junto con los centrales si hay alguna pérdida de balón. La única variante táctica es si deciden usar a Andrés Guardado o a un volante con más movilidad como Charlie Rodríguez, en ese caso el esquema mexicano pasa a ser un 4-2-3-1.
Guardado es un volante acompañando a Herrera del lado izquierdo, a diferencia de Rodríguez que deja un poco de lado el mediocampo para ser más un volante con llegada. Dentro de la construcción, los interiores buscan aprovechar la amplitud brindada por los extremos (Hirving Lozano y Jesús Corona).
Es en su línea más adelantada donde México da un salto de calidad. Corona y Lozano constantemente intercambian las bandas para confundir a la defensa rival, y si eso no funciona, intercambian posición con su delantero Raúl Jiménez.
El delantero del Wolverhampton es muy versátil. Puede botarse para dar apoyos por dentro o tirarse a las bandas para jalar las marcas. En esta última acción es normalmente el Chucky quien aparece en el área. Jiménez es un jugador que da mucho en la movilidad, pero que carece del olfato goleador de otros delanteros (a la selección le ha faltado gol en los últimos meses).
En defensa el conjunto nacional cierra espacios compactándose bien por dentro con sus volantes. Edson Álvarez en su función de “6” da mucho con sus recorridos defensivos. Es en transiciones rápidas donde sufre el equipo mexicano, los volantes (por edad y condiciones) suelen sufrir ante jugadores que no buscan construir, sino ser más verticales, y los laterales por ser de corte más ofensivo tienden a dejar espacios a sus espaldas.
La línea defensiva del equipo azteca parece ser el principal punto de preocupación de esta selección. La idea de salir con balón controlado lo hace estar en búsqueda de centrales que puedan sortear la presión y laterales que puedan dar amplitud al campo.
Después de mucho prueba y error, intentos fallidos, altas y bajas de juego Martino parece haber encontrado su zaga más fiable. Será Hector Moreno o Nestor Araujo quien acompañe a César Montes, que con su lectura y buen juego aéreo se encarrila para ser el zaguero inamovible.
Es en las laterales donde está el verdadero problema para México. Martino recurrió por mucho tiempo a los mismos elementos (Luis Rodríguez y Jesús Gallardo) que nunca terminaron por convencer. Hoy Jorge Sánchez y Gerardo Arteaga (los laterales en Toulon 2018) parecen ser los mejores perfilados, pero siguen siendo jugadores que dejan muchas dudas, sobre todo a la hora de defender. Kevin Álvarez espera su oportunidad en la banca.
La selección mexicana es un equipo con mucho talento. La crítica radica en la falta de variantes. Si el plan de juego con el 4-3-3 funciona todo parece en orden, pero si el juego no acompaña, Martino parece falto de soluciones. México se atasca en su bloque medio y las respuestas desde el banquillo suelen ser cambiar hombre por hombre, confiando en que las características de los que entran solucionarán el partido. Pocas veces se ve al estratega argentino moviendo las piezas del tablero.
Parece hora de cambiar el rumbo y empezar a llamar a jugadores en mejor estado de forma, jugadores que te den cosas diferentes. Al final Martino es quien tiene la última palabra. Tiene tiempo para reorganizarse, después de todo es un técnico experimentado y con un palmarés importante.
Director Técnico
Nacionalidad: 🇦🇷 |
Entrenador desde 2019 |
4-3-3 invariable (3-4-3 en salida) Planteamiento con 3-4-3 de inicio, sin mucho éxito. |
Campeón Copa Oro 2019, después dos finales perdidas ante EUA. Proceso criticado por falta de variantes tácticas. Equipo con balón, pero falto de ideas. |
Estrella
Hirving «Chucky» Lozano
El jugador del Napoli representa (junto con Corona) el desequilibrio en un equipo predecible al frente. Capaz de jugar por ambas bandas o como falso «9». Lozano se sale del libreto e intenta algo diferente. El factor de «verticalidad» en un conjunto sin muchos destellos.