Marruecos

Cómo llegan:

La selección de Marruecos llega a Qatar como una seria amenaza para los integrantes del grupo F. Son en números, la segunda mejor selección africana, solo por detrás de Senegal.

Los marroquíes quedaron invictos en la segunda ronda y arrasaron con su grupo, 18 puntos de 18 posibles. El sorteo los favoreció en la tercera ronda y en el duelo decisivo por un boleto directo enfrentaron a la República Democrática del Congo, quien apenas pudo superar por un punto a la selección de Benín en un apretado grupo J. 5-2 fue el marcador global con el que Marruecos aseguró su segunda presencia de manera consecutiva y la quinta de su historia.

Los Leones del Atlas buscan quitarse el mal sabor de boca dejado en Rusia 2018, que los vio sumar solo un punto, en un complicado grupo con Portugal, España e Irán. Esta vez enfrentarán en papel, un grupo mucho más accesible contra rivales de un nivel similar.

De cara, al mundial, solo Bélgica se aparta como claro favorito para colocarse como primero de grupo. El segundo lugar del grupo F es una moneda al aire. Veremos si Marruecos puede ser uno de los representantes de África en los octavos de final.

Equipo y estilo de juego:

El conjunto marroquí es uno de los integrantes africanos mejor trabajados en esta copa del mundo. Un equipo que se adapta a las condiciones del partido, pudiendo construir desde atrás o proponiendo un juego más directo. En defensa, un equipo bien ordenado que busca juntar gente por el medio para cerrar los espacios por dentro, obligando al rival a buscar un juego por las bandas.

Si bien Marruecos ha intentado jugar con un 5-3-2 buscando más profundidad por las bandas; su formación predilecta es el 4-1-4-1 que se deforma en un 4-3-3 o un 4-4-2.

Una zaga integrada por el jugador del Stade Rennais de Francia Nayef Aguerd y el experimentado Romain Saïss del Wolverhampton de Inglaterra.

A su lado Achraf Hakimi asume la responsabilidad de ser el líder futbolístico de este equipo. El jugador del PSG es pieza fundamental en el esquema de los dirigidos por Vahid Halilhodžić. Gran parte de las aspiraciones ofensivas del equipo pasan por sus pies. Su recorrido y desborde por la banda derecha le da mucha profundidad al conjunto africano cuando busca el juego más vertical.

Desde la asociación, Hakimi también es importante. Capaz de arrastrar varios metros el balón para dar una salida limpia, y mediante asociaciones con sus volantes sumarse al área como un atacante más. El único “pero” para el joven defensor es el espacio dejado en sus recorridos, que lo obligan a forzar el regreso cuando hay un contragolpe del rival. En ocasiones puede compensar con su velocidad, pero hay momentos donde el equipo tiende a quedar muy mal parado.

Adam Masina es el otro lateral del conjunto marroquí. El jugador del Watford suma en ataque con sus asociaciones en espacios cortos o sus constantes subidas (sobre todo en la línea de 3). A la hora de defender Masina también es importante. Se mete en repetidas ocasiones como un tercer central para cubrir el espacio dejado por Hakimi. Este movimiento le permite jugar más libre al lateral del PSG, a sabiendas de que su compañero cuidará la posición y será Saïss el central que recorra hacia la derecha. Un recurso táctico para potenciar a su estrella, pero que los hace padecer en transiciones.

El centro del campo es la línea de más rotación en el conjunto africano. Solo Sofyan Amrabat como libero parece ser inamovible, y es que el jugador de la Fiorentina tiene mucha calidad a la hora de ser un lanzador que dirija los hilos por delante de la primera línea, además de saber replegarse junto con sus volantes para cerrar espacios por dentro. Quien acompañe a Amrabat dependerá mucho de las condiciones del rival al que enfrenten. Selim Amallah, Ilias Chair, Azzedine Ounahi e Imrân Louza son las opciones más fuertes (todos jugando en Europa).

La delantera es también un punto de cambio constante en el conjunto marroquí. Youssef En-Nesyri es quizás el más asentado de sus delanteros. El jugador del Sevilla es muy movible. Es el primero en presionar cuando se pierde la bola y el primero en pedir el balón cuando su equipo tiene la posesión. Muchos de sus apoyos por las bandas se dan a la altura de los volantes, situación inusual para un delantero. El aparecer en todas las zonas de ataque le permite jalar marcas que aprovecha mucho el extremo Sofiane Boufal, otro habitual en el once marroquí.

El acompañante de En-Nesyri cuando se juega con dos delanteros es el goleador de las eliminatorias Ayoub El Kaabi que fija más su posición dentro del área. Un “9” mucho más físico. La otra opción en el ataque (menos frecuente) es darle paso a Munir El Haddadi, jugador de condiciones diferentes que desempeña más un rol de extremo por derecha.

A pesar de no contar con jugadores importantes como Hakim Ziyech o Noussair Mazraoui (peleados con la federación) durante gran parte de las eliminatorias, Marruecos supo reinventarse desde la última copa del mundo. Es un equipo con mucha calidad y variantes que busca tener la iniciativa durante el partido, pero que también sabe replegar cuando es necesario. Rival difícil de doblegar.

Director Técnico

Estrella